jueves, 9 de junio de 2016

Los Papalagi

Nada más entrar en aquel pueblo gigante me fijé en los hogares de la gente, construidos por un material fuerte y duro sin tener que preocuparse por la lluvia o por el viento mientras que en mi pueblo una simple tormenta acaba con nuestro hogares.
Aquí su forma de vivir es muy extraña no tienen que ir a cazar para alimentarse, solo con ir a una especie de almacen enorme y elegir los alimentos para intercambiarlos por unos papeles con números y algunas piezas de metal redondas ya les vale.
La gente para ir a los sitios usan como una especie de carro con cuatro ruedas y un gran motor mientras que nosotros nos desplazamos andando en busca de tierra fértil y alimentos, también me sorprende con la facilidad en la que ellos obtiene agua. mientras que nosotros tenemos que andar kilometros para encontrarla.
En su tiempo libre se dedican a dormir, a ver una pantalla en la que en ella se ve a otra gente haciendo el ridículo para los que los esten viendo se rían; o a jugar, sin embargo, nosotros no tenemos apenas tiempo libre y si lo tenemos lo aprovechamos para coser y tejer ropa y calzado.
Me sorprende bastante con la tranquilidad en que viven y lo fácil que es la vida en este pueblo gigante.

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